ARTÍCULO SOBRE LA ASIGNATURA

INTRODUCCIÓN

Desde que comencé la facultad, veía el año de Tercero como el año que se me haría más aburrido. Esto fue porque una de las asignaturas era esta, literatura. Siempre me ha encantado leer, pero nunca me ha gustado que me impusiesen ningún libro, y menos si más tarde debía examinarme de él, respondiendo siempre a las típicas preguntas (resumen, personajes…). Al principio creí que esto sería más de lo mismo: leernos libros, aprendernos la vida de algún autor, aprendernos las características de alguna época… Pero me equivoqué. 

Esta asignatura me ha hecho cambiar bastante mi percepción sobre la literatura, que siempre había juzgado como aburrida y pesada. He podido aprender que hay muchos enfoques para poder trabajarla en el aula y que no ha de ser una tarea aburrida para los niños, al contrario. 

Durante este semestre, he podido aprender casi tanto como en todos mis años de instituto y todo porque me han presentado la literatura de una manera más dinámica y divertida. He podido ampliar mis conocimientos literarios más de lo que creía posible y eso hace que me lleve una gran lección de esta asignatura. Aplicar todo lo aprendido aquí será algo que realizaré cuando por fin pueda enseñar, para mostrarles a mis alumnos que leer, crear, escuchar cuentos e incluso aprender sobre literatura puede ser de las actividades más divertidas y enriquecedoras que hagan. 


BLOQUE 1: LITERATURA INFANTIL. ANÁLISIS Y SELECCIÓN

Este tema es sin duda el tema que más me gustó de todos. No solo porque fue el primero y lo cogí con bastante entusiasmo, sino porque además fue el que más me abrió los ojos respecto a la literatura. 

Siempre había creído que la literatura era todo aquello que estaba escrito por grandes autores, pero que luego existía una literatura de “segunda”, que era aquella reservada a niños y a jóvenes. En mi cabeza, esta literatura no era tan buena como el resto o menos considerada, porque al fin y al cabo era para niños. Mi concepto de Literatura se había ido forjando por lo que profesores e incluso compañeros de clase me habían ido diciendo a lo largo de mis años de instituto: “la literatura para jóvenes es mucho peor”, “ese libro no es literatura, ha sido escrito para entretener a jóvenes a los que no les gusta leer”, “ese libro

Pero gracias a este tema he podido ver que la literatura infantil es igual que la literatura considerada para adultos. Que no es menos sino una más. Una de las frases de la teoría que más me hizo abrir los ojos fue: “la calidad debe ser igual para el adulto que para el niño, aunque cambien los temas y el tratamiento”. Nunca me había parado a pensar esto hasta el momento en el que lo leí. ¿Por qué la literatura infantil y para jóvenes tenía que ser inferior a la literatura considerada para adultos? No hay ninguna razón. Un niño debe tener la misma oportunidad de disfrutar la literatura que un adulto. 

Una de las cosas que más disfrute haciendo en este bloque es encontrar las diferencias entre Literatura y Paraliteratura. Al principio, cuando leí las definiciones, no las entendí mucho, aunque me encantó la definición de Literatura: “el arte creado con palabras”. Me gustó porque nunca había visto un libro considerado arte y me pareció algo fuera de lo común. Pero cuantas más vueltas le daba, más iba observando como esta definición era completamente verídica y se aplicaba exactamente a la Literatura. La Literatura es un arte, y como arte, ha sido creada para transmitir algo al lector, ya sean sentimientos, emociones; pero nunca inculcar pensamientos, ideas, valores o enseñanzas. 
Pero luego entraba en juego la Paraliteratura, y era aquí donde más dificultades tuve. Entendía que el objetivo de la Paraliteratura era muy diferente del de la Literatura, ya que la primera tenía como objetivo una enseñanza (moral o didáctica) y que la segunda tenía como objetivo evadir al lector, mostrándole nuevos mundos. Mi dificultad fue conseguir diferenciar en la práctica si un libro era literario o paraliterario, sobre todo con los ejemplos que veíamos en clase. Pero, sin darme cuenta, poco a poco fui entendiéndolo hasta que me vi lista para encontrar un libro para el trabajo de este bloque, sin mayor dificultad. Me costó mucho también entender que hasta hace algunos años, todo lo que se escribía era paraliteratura, porque no estaba escrito para el disfrute del niño, sino para darle alguna enseñanza. Es solo desde hace algunos años que se ha empezado a escribir para los niños, sin guardar ninguna enseñanza implícita, simplemente libros o textos que le hagan viajar, sentir y vivir nuevas experiencias.

Para conseguir diferenciar Literatura de Paraliteratura, tuve que conseguir concienciarme de que no solo debía fijarme en uno o dos aspectos básicos del libro, sino que debía buscar que cumpliese las cuatro características siguientes: su primer objetivo debe ser artístico, la función lingüística predominante debe ser la función poética, debe pertenecer a uno de los tres géneros literarios (narrativa, poesía o texto teatral) y ha de ser un texto de ficción aun cuando se inspire en hechos reales (no debemos confundir ficción con fantasía que es todo aquello que no puede ser real, como por ejemplo las hadas). 

Otra de las cosas que vimos durante este bloque fue cómo trabajar la literatura infantil en clase. Por lo general, la forma en la que yo he trabajado la Literatura durante mis años de instituto fue la misma: leer un libro en un plazo concreto, hacer un examen en el que las preguntas casi siempre eran las mismas (resumen, cuáles son los personajes principales y sus relaciones, qué te ha parecido el libro…) y no volver a hablar del libro nunca más. Esto en el caso de que fuese narrativa o texto teatral. Si era el caso de una poesía, o bien te preguntaban que quería decir el autor en esa poesía y cómo lo habías encontrado, o bien se limitaban a hacerte buscar las figuras literarias y explicar que expresan. Pero durante este bloque, he podido aprender que todo esto está mal o que al menos no debería ser la forma común de hacer las cosas, porque provoca desinterés en los alumnos, no solo en nuestra clase sino hacia la Literatura en general. 
Vimos que, por ejemplo, el teatro no se escribe para ser leído, sino para ser representado y que en clase podemos llevar a cabo pequeños teatros con los alumnos. En el caso de la poesía, en vez de preguntar qué quería decir el autor, deberíamos mirar más cómo lo dice y qué nos transmite a nosotros, ya que los niños no perciben la realidad como nosotros y deben entender el poema desde su propia realidad, no desde la de un adulto. En el caso de la narrativa, como veremos en otro bloque, debe trabajarse de manera muy diferente, apoyándonos igualmente en lo que esta transmite al alumno. 

Lo que más me llamó la atención sobre cómo escoger un libro para una edad concreta fue que debíamos fijarnos en la edad del niño y en su comportamiento. ¿Por qué? Pues porque la edad y el comportamiento del niño tienen que ir acorde con la clase para la que vamos a escoger el libro. Sino, les puede resultar aburrido o pesado. Como maestros, tenemos que estar también al corriente de los gustos y aficiones de los alumnos de nuestra clase, para escoger temas que les sean de interés y les motiven más a la lectura.
Además, para seleccionar un libro debemos realizar un análisis previo para comprobar que responde a las necesidades de nuestra clase. En primer lugar, nos debemos fijar en el formato del libro, es decir, cuál es su aspecto externo (portada, titulo, manejabilidad, gramaje…), cómo son sus ilustraciones, cómo es su tipografía y su legibilidad. Esto nos servirá para determinar si el libro es cómodo y llamativo para una determinada edad. En segundo lugar, debemos analizar su contenido, es decir, si los temas de los que trata el libro son adecuados e interesantes para la edad escogida, cómo es su estructura, cómo son los protagonistas y si son adecuados para la edad escogida, qué valores y contravalores se exponen y cómo es el lenguaje y el uso de la lengua. Esto nos servirá para determinar si la historia es adecuada para la edad que hemos seleccionado o no. 

Sin duda, realizar esa actividad me fue muy útil, más de lo que habría imaginado, ya que, durante mis prácticas, cada vez que veía que mis clases estaban leyendo un libro, intentaba analizarlo en mi cabeza para ver si este era o no adecuado para los receptores. La forma en la que trabajaba la literatura mi profesora no era la ideal, ya que, aunque leían los libros todos juntos, lo hacían en voz alta y luego respondían a un cuestionario sobre el capítulo que habían leído.  No solían hacer resúmenes sobre lo que ya llevaban leído ni nada, simplemente cuestionarios de compresión lectora. 


BLOQUE 2: TEXTOS FOLCLÓRICOS. SELECCIÓN Y ADAPTACIÓN

Este bloque me pareció también interesante porque desde pequeña mis abuelos o mis padres me han contado cuentos folclóricos y nunca me había parado a pensar en ellos, en su origen, en su forma, hasta ahora. He estado escuchando literatura folclórica toda mi vida sin siquiera darme cuenta. Por ejemplo, con las canciones de sorteo o las canciones para saltar a la comba. Este es en bloque en el que más se han destruido los conocimientos previos que tenía. 

Principalmente, lo que diferencia el folclore de la literatura vista en el anterior bloque, es que el folclore es anónimo (mientras que la literatura infantil o para adultos es literatura de autor). Además, se cuenta oralmente y tiene una multiplicidad de variantes, ya que se transmite tanto de generación en generación, como de lugar en lugar. Esto hace que conozcamos leyendas que pueden tener procedencia de otras partes de Europa o de otros continentes. Y al igual que la Literatura, la literatura folclórica engloba los tres géneros literarios, es decir, que existe el folclore en verso, en prosa y el teatro folclórico. Lo más importante que debemos tener en cuenta es que, como la literatura folclórica se transmite oralmente, nosotros también debemos transmitirla de esa manera, por lo que se tiene que contar o cantar, no leer, porque pierde su esencia. 

Lo que más me chocó sin duda de este bloque fue aprender que este tipo de literatura, especialmente la prosa, no fue creada para niños y que la mayoría de los cuentos que hemos oído de pequeños han sido adaptados. Y es que este tipo de cuentos fue creado para principalmente evadir a los receptores que escuchaban estos cuentos a la luz de la lumbre, en ningún caso para enseñar algo a los niños. Me gustó mucho la frase que decía que estos servían “para recordar realidades que se narraban como cuentos y cuentos que se narraban como verdades”.  Por esta razón, es necesario que como profesores sepamos adaptar las historias para nuestra clase, de modo que no haya partes de la historia que les choquen o que sean demasiado “fuertes” para la edad en la que hemos escogido contar el cuento. 
Dentro del cuento popular, existen varios tipos de cuento que folclorista ruso Propp clasificó en cuatro categorías: mito, cuentos de animales, cuentos de formula y cuentos de hadas o maravillosos. De nuevo, aprender que los mitos eran historias de orden religioso y que las fabulas eran literatura folclórica fue algo que no me esperaba. 
A diferencia de la literatura infantil, donde buscamos que durante su lectura el niño se identifique lo mejor posible con el protagonista, en el folclore esto no es lo que se pretende. Esto se debe a que, por lo general, los protagonistas de los cuentos folclóricos se encuentran en un momento madurativo diferente al de los receptores, por lo que es muy complicado que pudiesen identificarse con ellos debido a que no tienen las mismas experiencias que ellos. Es importante omitir cualquier tipo de enseñanza o moraleja para que los niños extraigan sus propias conclusiones sobre la historia. 

En cuanto al folclore en verso, no entiendo muy bien por qué, pero nunca había considerado las canciones de cuna, de juego o de danzas de corro como folclore. Sabía que eran canciones que habían usado mis padres y seguramente mis abuelos, pero no había reflexionado sobre si tenían un origen o si se habían ido transmitiendo y modificando. Pero gracias a este bloque pude descubrir que sí que son folclore y que tiene además muchos beneficios para el niño (introducción a la palabra, el ritmo, ejercita su motricidad y su memoria…). El hecho de que el niño lo vea como un juego es algo que como maestros debemos explotar, de manera que sea un método para introducir a los niños en el mundo de la poesía y en su cultura. Existen además multitud de poesías folclóricas, que como hizo el profesor Pedro Cerillo, podemos clasificar en tres bloques: 
-       Rimas de ingenio (retahílas, fórmulas de sorteo, burlas, trabalenguas, adivinanzas…)
-       Juegos y rimas de movimiento y acción (nanas, canciones de balanceo, juegos de movilidad-inmovilidad, juegos de tiento, juegos de comba, goma…)
-       Danzas de corro (canciones de palmas, de pasillo, mimos, imitaciones, escenificaciones…)

Por último, tenemos el teatro folclórico. Todo lo que hablamos sobre él fue para mí un descubrimiento. Nunca habría pensado que las obras que se representan con guiñoles o con títeres podrían ser teatro folclórico, transmitido de padres a hijos. A día de hoy, las obras representadas por títeres están consideradas como un mero entretenimiento infantil. Pero antes, eran como los cuentos folclóricos, historias en las que los personajes representaban valores como la bondad, la maldad, la astucia o la estupidez. Pero en este caso, se apelaba a la ayuda del público para que el héroe de la historia consiguiese su objetivo. 
Este tipo de representaciones son muy fáciles de llevar al aula por lo motivantes que son, sobre todo a los cursos superiores de Educación Primaria. Puede ser una actividad divertida que realizar con ellos y que pueden representar ante los más pequeños, haciéndoles así participes de la importancia del teatro para ellos. 

            Pero es cierto que muchas de las historias que conocemos ahora no las sabríamos si no hubiese habido recopiladores poniéndolas por escrito. Estos son meros transcriptores, aunque muchas veces adaptaron los textos con intenciones didácticas. Por esto mismo, podemos conocer versiones muy diferentes del que era el mismo cuento. Los recopiladores más famosos fueron: los hermanos Grimm, quienes recopilaban las historias con bastante fidelidad; Charles Perrault, quien adaptó las historias para moralizar a la gente de la corte; Hans Christian Andersen, quien creó nuevos cuentos y modificó aquellos recogidos de la tradición. En España, contamos también con algunos recopiladores entre los que destacan Fernán Caballero, fiel a los cuentos que escucha, y Saturnino Calleja, que quería moralizar a sus lectores por lo que modifica los cuentos. 
Sinceramente, a excepción de los hermanos Grimm y de Perrault, no conocía a ninguno de los recopiladores que se nos presentaron en clase. Quizá algún cuento suelto, pero no sabía que ese cuento provenía de algún libro de recopilaciones. Me gustaron mucho los cuentos de Calleja que vimos en clase, aunque se veía muy claramente que su intención no era lúdica. 

En mi experiencia en las prácticas, no vi tan siquiera una referencia al folclore. Ni la lectura de un cuento, ni una canción para jugar en el patio. Nada en absoluto. Esto me pareció bastante raro, ya que creí que, aunque solo fuera en el patio, escucharía alguna referencia. Pero me equivoque. En realidad, me pareció algo triste porque creo que el folclore es parte de nuestra cultura y que no deberíamos perderlo. Y como profesores, es nuestro deber transmitirlo para que no se olvide. Los padres tienen también una gran tarea en cuanto a ello y deberían enseñar a sus hijos algún juego o danza que utilice poesía folclórica. 

Realizar la actividad de este bloque me pareció una tarea muy importante para saber cómo transmitir el folclore adecuadamente a mis futuros alumnos. Sobre todo, porque aprendí a seleccionarlos y a saber dónde encontrarlos, tanto en libros como en páginas web. Por ejemplo, vimos que para saber si un libro era bueno para seleccionar el cuento que buscábamos, debíamos fijarnos en si era el libro original de un recopilador, y si no lo era debían explicarnos que modificaciones habían hecho. Si no, no debíamos seleccionarlo para extraer un cuento. Además, también aprendí a observar qué partes debía adaptar de la historia para que el cuento fuese adecuado para una cierta edad. Me resultó complicado también sabe cuáles eran las preguntas adecuadas, porque es importante que las preguntas que hagamos no sean muy inductivas o no estaremos pidiendo la opinión del alumno, simplemente se la estaremos dando sin darnos cuenta. Tenemos que realizar preguntas que les ayuden y enseñen a reflexionar y argumentar. Sin duda, en mi futuro docente utilizaré la literatura folclórica en mi clase para trasmitírsela a mis alumnos y de esta manera ofrecerles una nueva visión de la literatura.  


BLOQUE 3: LITERATURA ESPAÑOLA Y EDUCACIÓN LITERARIA

            Este bloque fue el que menos me entusiasmó de todos. Con la simple mención de que íbamos a trabajar la literatura española, ya comencé a pensar que sería un rollo. Creí que había llegado la hora de estudiar, como en Bachillerato, los autores más importantes, sus vidas, sus obras más características… Pero al leer la teoría, simplemente con la primera frase pude observar que esto sería diferente. La primera frase a la que me refiero es concretamente la siguiente: “la historia de la literatura española no es objeto de aprendizaje a lo largo de los cursos de Educación Primaria ya que forma parte del currículo de Secundaria”. Y no mucho más tarde, en ese mismo párrafo se responde al por qué de este bloque: “se trata de poner en contacto al niño con la “gran literatura” de su entorno cultural y de ir cimentando, poco a poco, las bases para su educación literaria”.

            En clase, durante la sesión que dedicamos para hablar sobre el bloque, pudimos ver que, aunque todos habíamos estudiado Literatura en la ESO y Bachillerato, casi ninguno de nosotros se acordaba de las cosas más básicas. Esto, esencialmente, está provocado por la falta de interés en la materia que nos llevó a estudiarnos todo para soltarlo en un examen y olvidarnos de ello al día siguiente. La forma en la que nos presentaron la literatura no consiguió crearnos el suficiente interés como para recordar ciertos datos que habíamos estudiado. Pero, ¿cómo podemos cambiar la forma en la que los alumnos perciben la literatura desde la Educación Primaria? ¿Cómo podemos causarles el impacto necesario para que se interesen por la literatura española? Y esto es de lo que trata tanto este bloque como la actividad que realizamos. 

            Con el breve recorrido por la literatura española que hay en la teoría he conseguido aprender algún dato nuevo o repasar muchas cosas que ya conocía, pero no recordaba. Algo que me sorprendió mucho fue que no repasamos concretamente a ningún autor, que era lo que yo pensaba que haríamos, sino que se repasan los comienzos de la literatura española, así como los movimientos y los autores característicos de cada uno. Esto nos sirvió como un pequeño catalogo para luego poder escoger el autor o el movimiento sobre el que basar nuestro trabajo de este bloque. 

Acercar a los alumnos a la literatura española se puede realizar de muchas maneras. Se puede comenzar por acercarles a los diferentes géneros literarios (prosa, poesía y texto dramático) para que ya desde los cursos más bajos de Educación Primaria puedan ir diferenciándolos. Y la mejor forma para enseñarles a diferenciar los géneros literarios es mostrárselos, es decir, darles ejemplos de cada uno de ellos, porque la forma de los textos será la primera diferenciación que saquen los niños hasta que se les enseñen sus características. Lo más importante de todo esto es que no hay que meter ideas en la cabeza a los niños que ahora ya no se aplican, como por ejemplo, que la poesía tiene que rimar obligatoriamente, ya que la poesía actual, por lo general, no rima. 

Las actividades enfocadas a presentarles nuestro legado literario deben de ser, en la medida de lo posible, lo menos pesadas para ellos. Lo que buscamos es que desarrollen un interés por la literatura “clásica” y si realizamos actividades poco divertidas o que tengan mucho trabajo para ellos, esto solo hará que se aburran y desarrollen un odio o rechazo hacia la literatura española. Por lo tanto, actividades como la semana cultural, las webquest o los proyectos de aprendizaje son óptimas para esta tarea. Aunque muchas veces, no podamos realizarlas en el colegio en el que estemos, hay otras alternativas, como ver alguna poesía que salga en el libro o darles algún fragmento de algún libro o autor muy conocido.

Pero si queremos mostrarles a los alumnos algún fragmento de literatura clásica, tenemos que tener en cuenta varias cosas. La primera es que adaptar el texto que vayamos a seleccionar es inútil. Y esto es porque la adaptación nunca conseguirá reflejar la forma de escribir que tenía el autor en su momento. Lo segundo, es que debemos dejar que los alumnos lean los textos sin una explicación previa. Ellos tienen que ser los que saquen sus propias conclusiones, porque al igual que con los libros de literatura infantil, ellos lo verán desde su propia realidad, que puede ser muy diferente a la nuestra y por esto entenderán cosas muy diferentes a lo que nosotros entendemos. Por último, el profesor en estas situaciones será un guía que resolverá sus dudas de vocabulario y fomentará el diálogo entre ellos para que lleguen a encontrar un sentido a lo que han leído.

La actividad que tuvimos que realizar nosotros fue concretamente la de crear una semana cultural que girase en torno a un autor o un movimiento literario. Para ello, nos dividimos en grupos de seis personas (cada una realizaría la semana cultural para uno de los cursos de Educación Primaria). Escoger un autor no fue muy difícil, estuvimos de acuerdo en realizar la semana sobre Bécquer bastante rápido. Lo complicado vino después, cuando tuvimos que pensar que actividades íbamos a realizar juntos, qué días íbamos a reservar para ello… Meterse en la piel de un profesor en un claustro fue una experiencia nueva, y aunque seguramente no fuese ni de lejos como un verdadero claustro, esta actividad nos dio la oportunidad de poder imaginar cómo sería. Lo que más me aportó esta actividad fue eso, el saber cómo coordinarme con mis compañeros, tanto con los tutores del resto de cursos, como con mi compañera de ciclo. Después de esto, lo más complicado fue inventar actividades que fuesen divertidas, pero en las que al mismo tiempo los niños pudieran aprender nuevas cosas. Estuve varios días pensando qué hacer. Tuve que buscar información, lo que hizo que al mismo tiempo yo aprendiese nuevas cosas. 
Creo que esta actividad me abrió mucho los ojos con respecto a la literatura porque me mostró que no siempre hay que hacer actividades aburridas para estudiar literatura y que, incluso haciendo este tipo de actividades, los niños aprenderán mucho más. Es algo que intentaré aplicar en mi futuro como docente. 


Durante mis prácticas, para que los niños conociesen fragmentos de literatura española, la profesora seleccionaba poesías (que es todo cuanto yo llegue a ver, pero me dijeron que iba por trimestres y que al siguiente verían prosa) que luego leía con sus alumnos. Antes de leerla, les presentaba brevemente al autor contando ella misma algún dato sobre él o ella. Después, leía la poesía y la comentaban brevemente. Más allá de esto, no vi que trabajasen literatura española. Pregunté si tenían algún tipo de semana cultural y me respondieron que solo hacían un día entero dedicado a los libros, pero que no tenían semana cultural. Como el curso que me tocó en mis prácticas coincidió con el curso para el que realicé la semana cultural, me quedé con las ganas de haber realizado alguna de las actividades que propuse en el trabajo, pero por desgracia no tuve ocasión. 


BLOQUE 4: LECTURA LITERARIA Y ANIMACIÓN LECTORA 

            En cuanto a este bloque, me ha parecido uno de los más importantes en relación con nuestro futuro docente, ya que nos da la fórmula para poder cambiar el modo en el que nuestros alumnos ven la lectura. 

            El deseo lector es un acto que se desarrolla desde incluso antes que el niño aprenda a leer. Al principio, comienza siendo un ansia por conocer, por querer imitar las acciones de los adultos que lo rodean. Ven la lectura como un juego en el que tienen que descifrar las letras que tienen delante. La hora del cuento es para ellos un momento en el que conocer nuevos misterios, una hora mágica. Después de que el niño consiga descubrir la lectura, empieza a devorar libros, aprovechando su nueva actividad. Pero tras esto viene el momento en el que el alumno puede perder su deseo lector por diversas razones. Estas razones pueden ser un aprendizaje traumático o simplemente un mal aprendizaje que provoca que no entienda lo que está leyendo. Además, si pierde la figura del adulto lector y la lectura se vuelve simplemente una tarea de clase, esto puede también provocar que pierda el interés.

Para evitar todo esto, en este bloque se propone la animación a la lectura. Animar a un niño a leer es mostrarle todo lo que puede encontrar en el libro sin llegar a develarle prácticamente nada de lo que ocurre en la historia. Es un modo de adentrar al alumno en el libro para que pueda identificarse con sus personajes, hace suya la historia.  Y no solo con libros, sino también con textos cortos que leamos en clase y que animemos de forma oral (y un poco más breve). De esta forma, si conseguimos que el niño disfrute con la animación, conseguiremos que su deseo lector aumente. Y para llegar a ello, nosotros los profesores, como animadores, tenemos que poner todo nuestro empeño y ganas. 

Como ya hemos comentado en el primer bloque, el profesor tiene que conocer a sus alumnos, por lo que debe saber cuáles son sus gustos y aficiones. El libro que seleccione, para motivar aún más su deseo lector, tiene que ser interesante para ellos, tiene que hablar sobre cosas que les gusten. Además, el libro que seleccionemos tiene que ir acorde con el momento evolutivo de nuestros alumnos. Si nos encontramos en la situación de escoger un libro en el que se describe el desarrollo emocional de un personaje, pero nuestros alumnos están empezando a desarrollar lo que se describe, no deberíamos escoger ese libro ya que no se sentirían identificados. Debemos seleccionar libros en los que los personajes estén pasando por un desarrollo que nuestros alumnos ya hayan pasado, para que puedan empatizar con el personaje. 

Para realizar una buena animación lectora, debemos acompañar a nuestros alumnos desde el principio. Solo los malos profesores dejan solos a sus alumnos durante la lectura, provocando que muchas veces el alumno no llegue tan siquiera a terminarla porque se atasca o porque pierde la motivación.
Debemos comenzar con actividades previas a la lectura. Estas nos permiten darles a conocer la información que nos aporta el libro como objeto, además de acercarles al autor. Esto sirve esencialmente para que más tarde ellos sepan escoger un libro, sabiendo en qué se deben fijar para saber si les gusta. Durante estas sesiones previas, no debemos desvelarles el final ni contarles de qué trata la historia, pero podemos seleccionar algunas partes que consideremos que puede llegar a motivar a los alumnos si las leemos. Las actividades deben ir enfocadas a llamar atención del niño. Por esto, podemos imaginar la historia a partir del título, leer un fragmento, hacer una entrevista a los personajes… En mi caso, en mi actividad, realicé una gymkana que partía con una carta del autor del libro que nos pedía que encontrásemos los libros que alguien había robado y escondido. Pensé que era una forma original para empezar con la animación y que se salía un poco de las actividades habituales que tienen que realizar los alumnos. 
Tras las sesiones de animación previas a la lectura, comenzaremos con la lectura del libro, que debe ser acompañada por el profesor. Dividiremos el libro en el número de semanas que queremos que dure la lectura guiada, y cada semana, pediremos a nuestros alumnos que lean un numero de páginas. Velaremos siempre para que todos puedan mantener el ritmo, adaptándonos a las necesidades de nuestra clase. Las actividades que realicemos deben ir enfocadas a que el niño exprese lo que ha interpretado, como lo relaciona, como lo ha entendido o vivido. Se trata de realizar un dialogo pedagógico con toda la clase. De esta forma, el alumno podrá ver que no solo hay una interpretación de las cosas. Durante mi actividad, las preguntas que propuse iban dirigidas sobre todo a cómo lo habían sentido ellos, qué hubieran hecho en su lugar… Debemos de ser cuidadosos con las preguntas que escojamos, para que no transformen la conversación en un dialogo paraliterario, que no tiene objetivos literarios. Al principio de que cada sesión, les pediremos que realicen entre todos un breve resumen de lo que han leído, y al final de cada sesión, tendrán que realizar una hipótesis sobre lo que creen que ocurrirá en el o los siguientes capítulos. 
Finalmente, es importante que después de la lectura realicemos actividades que ayuden a que el niño recuerde el libro, para que su lectura no haya sido en vano. Durante estas actividades debemos provocar algo en ellos, dejar una huella emocional. En mi actividad, creí que sería interesante que crearan nuevas aventuras para los personajes con los que habían pasado casi dos meses. 

Desafortunadamente, en mi centro de prácticas no vi nada de esto. Es cierto que leían un libro dividido en capítulos, uno por trimestre. Pero no realizaban actividades en conjunto con respecto a este, sino que después de leer el capítulo, los niños respondían a una serie de preguntas en un cuestionario. Además, no leían el capítulo de esa semana en casa, sino que lo leían en clase, generalmente en voz alta. Esto es justamente lo contrario que propone este bloque, ya que leer en voz alta puede provocar que los alumnos no capten toda la información que les propone el texto. Tampoco vi que realizaran ninguna animación previa a la lectura, simplemente comenzaban a leer el libro. 

Como futuros docentes, debemos animar a nuestros alumnos a la lectura, porque les puede ser de gran ayuda tanto en su futuro escolar como en su vida diaria. Leer es una de los mejores placeres que existen y debemos ser capaces de transmitir esta idea a nuestros alumnos, para que no vean la lectura como una obligación, sino como algo divertido con lo que evadirse y descubrir nuevos mundos.


BLOQUE 5: CREACIÓN LITERARIA

            Este bloque fue sin duda mi segundo favorito, no solo por cómo se nos presentó en clase, sino también porque nos permitía llevarlo a la práctica con nuestra clase de prácticas. 

       Como maestros, uno de nuestros objetivos principales es fomentar la imaginación y la creatividad de los niños. Pero muchas veces, sin quererlo, realizamos actividades que no cumplen este objetivo, meramente por tener algo que evaluar o para que los alumnos “redacten” algo. Las creaciones literarias han sido utilizadas especialmente para corregir la ortografía del alumno cuando redacta algo. 
Es nuestro deber, como futuros maestros, cambiar este concepto porque lo que en realidad se está provocando es que los alumnos pierdan el gusto por la creación literaria, lo que incluso puede hacer que pierdan el gusto por la literatura en general. Debemos entender que este tipo de actividad no evaluables ni calificables y, sobre todo, no podemos juzgarlo por su originalidad. Para corregir este tipo de textos, sería mejor hacerlo en gran grupo, es decir, que los alumnos leyeran sus composiciones uno a uno en voz alta y que el resto de la clase le diese ideas para mejorarla, tanto en forma como en contenido. De esta manera, no solo reciben el feedback del profesor, sino también de sus propios compañeros, adquiriendo así un aprendizaje más amplio. 

Para realizar una creación, los alumnos tienen que seguir un numero de pasos, tanto para redactarla como para perfeccionarla. Se intentará que siempre lo realicen de esta manera. Lo primero de todo sería anotar las ideas que les vayan surgiendo en una hoja en sucio. Tras esto, ordenarán sus ideas y realizarán una primera escritura. Después de escribir el texto, este pasará una revisión donde nos fijaremos en la puntuación, las redundancias, la expresión y la acentuación, y se corregirán. Por último, pasarán su creación a limpio. Es importante que siempre, antes de que los alumnos empiecen a redactar o a anotar sus ideas, les mostremos un ejemplo que hayamos hecho nosotros o hayamos buscado. De esta forma, los niños saben exactamente lo que se les está pidiendo y tienen una especie de “guía”. 

La creación en verso es donde más deberíamos ejemplificar las estrategias. ¿Por qué? Pues porque la poesía no es algo natural, sino que es algo que conlleva mucha reflexión. Además, es el género que más utiliza la función poética, por lo que puede resultarles complejo a veces. Y cómo ya hemos dicho en otro bloque, no toda la poesía rima, por lo que no hay que obligar a los alumnos a que sus creaciones en verso rimen. Si les obligamos a ello, no solo limitamos mucho su vocabulario, sino que además fomentamos que creen rimas malas y que tengan una idea equivocada de lo que es la poesía. Recuerdo que cuando yo estaba en el instituto odiaba leer y escribir poesía, pero porque no sabía entenderla ya que nunca me habían enseñado correctamente. Siempre me pedían que buscase que quería decir el autor y no lo que la poesía evocaba en mí. 

Creo que la creación dramática es la más divertida para llevar a cabo con una clase, pero al mismo tiempo la más complicada de todas. Esto es porque, aunque se pueden utilizar los mismos recursos que para la prosa para encontrar una historia par ¡a nuestro teatro, el resto lo debemos hacer con toda la clase. Otra forma de hacerlo sería que cada alumno eligiese directamente quien quiere ser y a partir de ahí crear entre todos una historia. Lo bueno de este tipo de creación es que no hace falta que sea coherente y eso hace que pueda salir algo muy divertido. 

Me gustó mucho cuando realizamos en clase estrategias de las que se proponen en la teoría. Por ejemplo, cuando pusimos en práctica la estrategia “historias en primera persona” y todos escribimos historias como si fuésemos objetos cotidianos. También realizamos estrategias de creación en verso, como por ejemplo, la estrategia “¿Cómo es?”, con la que vimos algunas variaciones. Hicimos al igual acrósticos con el nombre de uno de nuestros compañeros y un poema de preguntas. Y vimos ejemplos hechos por niños de muchas otras estrategias. Este día me pareció muy gratificante porque además de aprender cómo se hacían las estrategias por nosotros mismos, pudimos ver ejemplos hechos por niños, demostrándonos que se podían llevar a cabo.

Durante mis prácticas pude observar como mi tutora realizaba una creación a la semana. La mayoría de las veces las leían en voz alta una vez realizadas y la profesora les comentaba qué podían mejorar. Con 3º de Primaria, una vez leídas todas, se recogían y la profesora las corregía (excepto con la que yo realicé en clase porque pedí que se les diera algo de tiempo para mejorarlas). Pero ciertas veces aplicaban estrategias que me parecieron muy interesantes y, de hecho, utilicé una como ejemplo de creación en verso en la actividad de este bloque. También utilizaban estrategias similares a la del “binomio fantástico” para crear cuentos, aunque en general pedían a los alumnos simplemente que creasen una historia a su gusto, sin tener en cuenta que quizá algún niño pudiese enfrentarse al folio en blanco sin tener ninguna idea con la que empezar a escribir.

Para realizar la actividad de este bloque, elegí hacer un cuento porque además mi tutora de prácticas me pidió que así fuese ya que era lo que estaban trabajando en ese momento. Al principio, quería hacer la estrategia “cuentos múltiples por núcleos” porque me pareció muy divertida y que podía dar un resultado que a los niños les gustase mucho. Pero cuando se lo propuse a mi tutora me pidió que buscase una diferente, porque las creaciones que realizasen las tenía que guardar ella (a mí me daría unas fotocopias) y si estaban recortadas sería complicado. Al final, acabe realizando la estrategia “binomio fantástico”. Escogí las palabras escoba y columpio porque eran sencillas y no tenían mucho que ver la una con la otra. Las creaciones que obtuve fueron muy buenas, aunque es cierto que algunos no captaron el concepto a la primera. Me hubiera gustado tener más tiempo para poder leerlas en voz alta y haberlas podido mejorar. Seguramente, para haber podido obtener mejores redacciones por parte de la clase, debería haber perfeccionado más mi ejemplo, dándole una mejor forma artística, añadiendo carriles o haciendo comparaciones o figuras literarias sencillas de las que ellos hubiesen podido inspirarse. 

Probablemente, utilice muchas de las estrategias presentes en la teoría con mi futura clase porque me parecen divertidas que además ofrecen al niño una visión diferente de lo que es la escritura. Como el hecho de hacer un libro es muy motivador para ellos, intentaré realizar todos los que pueda con ellos, haciendo así una biblioteca de aula donde tengan lugar sus creaciones junto con otros libros. 


CONCLUSIÓN

           La educación está llena de cosas que se pueden mejorar para hacerla mejor y más adecuada para los niños. Actualmente, tenemos un tipo de educación demasiado tradicional, que basa sus actividades en lo que sus antecesores hicieron. Es nuestro deber, como nuevas generaciones de maestros, cambiar todos aquellos aspectos que la hacen imperfecta. Uno de ellos es sin duda la clase de literatura. 

            Algo de lo que me di cuenta durante este semestre fue que prácticamente toda mi clase tenía un concepto negativo sobre la literatura por unas razones u otras. Debemos poder cambiar esto. Debemos poder enseñar literatura sin que a los niños les parezca que les estamos echando un sermón. Debemos ser capaces de mostrarles su lado divertido y peculiar, hacerles ver que hay muchas partes de la literatura que no conocían o no se las habían mostrado y que son maravillosas.

            Creo que esta asignatura me ha dado ese poder. Me ha dado la capacidad de creer que soy plenamente capaz de cambiar la forma de enseñar literatura, la forma de ofrecérsela a los niños, para que no sufran lo que nosotros. Quiero que puedan sentirse libres leyendo los libros que les ofrezca, que los lean con ansia y pasión. Quiero que puedan divertirse escuchando cuentos en clase, que les guste crear sus propias historias, sus propias poesías. Gracias a esta asignatura soy capaz de conseguirlo. 

            También gracias a la aportación de mis compañeros que sin duda me ha servido para crecer más y poder mejorar poco a poco. Ver otros trabajos también me ha servido para observar como poder hacer la misma cosa de maneras completamente diferentes. Y gracias a Irune por haber extendido mi campo literario de tantas formas. 


WEBGRAFÍA UTILIZADA DURANTE LAS ACTIVIDADES Y OTRAS NUEVAS:

Labajo, I. "Literatura española, literatura infantil y educación literaria". La Salle Centro Universitario. 2018-2019.

Labajo, I. "Organización y actividades de literatura española, literatura infantil y educación literaria. Guía de trabajo". Literatura española, literatura infantil y educación literaria. La Salle Centro Universitario. 2018-2019.

Adriansen, S (sin fecha). Traducido de http://www.sophieadriansen.fr/sophie/biographie/

Itoïz, M (sin fecha). Traducido de http://mayanaitoiz.fr/biographie/

Santrock, J. W, (2006), Psicología del desarrollo. El ciclo vital. McGraw-Hill.

Asociación nacional de editores. "Libros infantiles y edición". (sin fecha)

Cubells, F. "Evolución de los intereses del niño en relación con la literatura". (sin fecha)

Centro de orientación a la lectura. "Características de los cuentos según la edad y etapa del desarrollo lector". MEC. Años 90. 

Rodca, S (sin fecha). Scribd. "Grimm Jacob y Wilhelm - Hurleburlebutz". Recuperado de https://es.scribd.com/document/20752216/Grimm-Jacob-y-Wilhelm-Hurleburlebutz

Cuentos de Grimm (sin fecha). "Rapunzel". Recuperado de: https://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/pdf/verdezuela_rapunzel.pdf

Biblioteca Nacional de Cuba José Martí. (sin fecha). Papalotero, biblioteca infantil-juvenil. "La pastora de gansos". Recuperado de: http://papalotero.bnjm.cu/autores/53/545/545.pdf

Bécquer, G.A. Rimas. [archivo PDF]. Publicaciones de Aula de Letras (2002). Recuperado de http://www.colegiolapiedad.com/Archivos/Adjuntos/Contenidos/rimas.pdf

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (2014). "Currículo básico de Educación Primaria". Boletín Oficial del Estado. Recuperado de https://www.boe.es/buscar/pdf/2014/BOE-A-2014-2222-consolidado.pdf

Consejería de Educación, Juventud y Deporte (2014). "Currículo de Educación Primaria de la Comunidad de Madrid". Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid. Recuperado de https://www.bocm.es/boletin/CM_Orden_BOCM/2014/07/25/BOCM-20140725-1.PDF

Bones, B. (2018), El fantasma del profesor de matemáticasEspaña. Editorial Loqueleo.

Labajo, I. "Catálogo de actividades de creación literaria". Literatura española, literatura infantil y educación literaria. La Salle Centro Universitario. 2018-2019. Recuperado de https://online.lasallecampus.es/pluginfile.php/56947/mod_resource/content/1/Catálogo%20de%20actividades_creación%20literaria.pdf

Sin autor. "Las mejores actividades de animación a la lectura". Junta de Andalucía. Recuperado de: http://www.juntadeandalucia.es/educacion/webportal/ishare-servlet/content/1ad2a86a-19b1-4e9f-9f62-dff5fa89e1d1
En este link aparece una catálogo con nuevas actividades relacionadas con la animación a la lectura. Es un complemento a todas las actividades de animación que nos ofreció Irune en su teoría. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

TRABAJO BLOQUE 2: COMUNICACIÓN ESCRITA. LA LECTURA

TRABAJO BLOQUE 4: LECTURA LITERARIA Y ANIMACIÓN LECTORA

TRABAJO BLOQUE 5: CREACIÓN LITERARIA